miércoles, 18 de noviembre de 2009

Vomitando moscas

Vomitando moscas me doy cuenta de que empiezo a oler a podrido, debe ser que estoy estancado como un pantano. Muerto de alguna forma, pero consciente. El metano de la descomposición se incendia a mi alrededor en repentinos fuegos fatuos, pero no debo seguirlos, solo quieren perderme. Me miro la piel, tiene mal aspecto como todo, lívida, con ese color como el de la bilis. A veces tengo la impresión de estar deshaciéndome, dividiendome en minúsculos fragmentos, diluyendome en el lodo. Malditos gusanos, ellos tienen la culpa de todo y no dejan de salir a cientos del agujero de mi estomago.