jueves, 29 de abril de 2010

A veces todo es tan sencillo.


Soplo el diente de león y bailan en el aire las sombrillas voladoras de las hadas. Lleno de aire redondas bolas de agua iridiscente y gotea el jabón sobre la hierba. Y sentado entre las margaritas juego a ser una de ellas y a alimentarme del sol y mojarme el pelo con la regadera. Y le quito al perro su pelota y peleamos, y él me muerde de mentira y yo también y me lleno la boca de pelos. Grito, canto y nadie me mira. Entonces desafino y me río y ruedo por el césped. A veces todo es tan sencillo que nadie lo entiende.