miércoles, 5 de agosto de 2009

La tortuga de Ende

26/05/08
Sobre los grises adoquines, caminaba despacio la tortuga, esquivando o siendo esquivada por los transeúntes. Cuando llegó a la plaza se detuvo, la gente pasaba por allí sin darse apenas cuenta de que los pensamientos estaban florecidos. Miró hacia arriba intentando captar la mirada de alguna de esas extrañas criaturas que alzan su cabeza sobre sus raros cuerpos verticales y que sin embargo no parecen mirar nunca el cielo. Masticó, despacio, como siempre lo han hecho en su familia, una de aquellas preciosas flores tricolores que sabían a violeta. Después, volviendo atrás sus negros ojos tristes siguió su camino sobre del polvoriento asfalto, ese infinito desierto de humo, polvo y suciedad. Después de un día vagando sola, buscando una salida de aquel lugar, se detuvo a la sombra de un raquítico árbol. Cerca había una casa pintada de rosa con las ventanas azules, sobre la puerta había un numero 10. La puerta se abrió y de ella salio un hombre vestido con una camiseta a rayas llena de manchas de colores, la recogió del suelo sucio y la llevo a un lugar lleno de tablas pintadas de colores, él la miro a los ojos esperando que la tortuga se recuperase del susto y saliese del caparazón, le dijo con una sonrisa que no tuviera miedo. Con un pincel le pinto el caparazón de verde, rosa, rojo y azul cobalto.Después la llevo por otra puerta hasta un jardín lleno de esculturas de piedra blanca y flores de todo tipo, y una fuente de azulejos azules. Bienvenida a casa, dijo el hombre, ella fue hasta la fuente frotándose con la húmeda hierba para quitarse el polvo de su piel, cuando llego allí vio que sobre su caparazón con letras doradas el hombre había escrito un nombre, CASIOPEA......

No hay comentarios: