2/07/08
Me acerque a a él, solo tenia ojos para el cielo. Vestía su ya habitual traje de cuadros verdes con una camisa rosa desabotonada en el cuello y fumaba un puro de olor apestoso.
- Entonces, ¿te vas?
- Si. ¿Estas seguro de que no quieres venir?
- No, pero en realidad no creo estar seguro de nada.
- Lo mismo me pasa a mi. Bueno tengo que irme - dijo dandome una fuerte palmada en el hombro-. Prométeme al menos que no malgastaras tu vida como esos imbéciles.
- No soy ningún imbécil.
- No esperaba menos de ti-.Entonces cogió el maletín con la pasta y se subió a la destartalada avioneta sin mirar atrás y dejando escapar el humo de su boca entre grandes carcajadas.
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