domingo, 6 de septiembre de 2009

una luz

9/07/08

Caminando, entre las lápidas se alejó del lugar donde enterraban a su padre,esperando ocultarse de parientes indeseados, de miradas lastimosas y de las condolencias de rigor. No le apetecía escuchar las palabras de consuelo, solo quería estar a solas con su dolor hasta que este se acabase marchando. Entonces, detrás de un ciprés, encontró una lapida simple y sin adornos en la que se leía: Sé que nada llenará el vacío que dejaré y ese diáfano fragmento del universo que permanecerá inocupado sera mi legado a la eternidad.

1 comentario:

~Mar~ dijo...

Qué bello...
me recuerda a lo que dijo Shakespeare "Todo lo que nace debe morir, pasando por la naturaleza hacia la eternidad", aunque me gustan mucho más tus palabras.
Saludos.