viernes, 29 de mayo de 2009

Una franja de sombra



18/03/08

Me desperté lo bastante temprano como para disfrutar de una larga mañana pero no lo suficiente para considerarse madrugar. El sol de primavera me despejo cuando salí a la calle mas que cualquier ducha mañanera. Había mucha gente en las aceras, en los parques y en los cafés; y parecía como si estuviesen disfrutando de un día libre. Las tiendas estaban abiertas, debía ser Sábado. Me acerque a una cafetería y me senté en la terraza a la sombra de un arbolito. Me quite la chaqueta, hacia calor. Un camarero se acerco y me pregunto que deseaba tomar. El sol pensé yo, pero conteste: "Un café, solo, por favor". Por las avenidas peatonales la gente caminaba hablando en voz alta, y llegaban a mis oídos retazos de conversaciones ajenas. En las fachadas de los edificios el sol brillaba deslumbrando a los turistas que tomaban fotografías de todo a su alrededor como si temieran que fuese a desvanecerse de un momento a otro, no les falta razón pensé....

2 comentarios:

mono magnético azul dijo...

¿y quién tú eres, señorito ego?
no se si será verdad que solo halla que proponerse metas imposibles, aunque al pensarlo me gusta verlo así. ahora me he propuesto leerte, algún día me pasaré a fusilarte.

Jaime dijo...

Soy amigo incondicional de Guille, sí señor. Y del que escribe aquí arriba también, así que cuidado con los fusilamientos.